Porqué nos DEBE importar los Derechos de los Niñ@s y Adolescentes

TRABAJO INFANTIL Y FUTURO DE NUESTRO PAÍS

Descripción de la situación
La formación profesional continua es un instrumento esencial para garantizar la formación a lo largo de la vida, la adaptación de las trabajadoras y los trabajadores y de las empresas a la nueva sociedad, basada en el conocimiento y el mantenimiento de la capacitación profesional en supuestos de cambios y mutaciones de los procesos productivos en el marco de la Estrategia Latinoamericana de Ocupación. Además de proporcionar a las trabajadoras y a los trabajadores la calificación que puedan necesitar a lo largo de su vida laboral.

La formación continua constituye un valor estratégico prioritario en los procesos de cambio tecnológico, económico y social, y es, por esto, un instrumento esencial para la estabilidad en la ocupación y la cohesión social.

La formación a lo largo de la vida ha acontecido un campo importante, revelador de las nuevas reivindicaciones de las sociedades industriales, que forma parte de una constelación de demandas características de estas sociedades. Desde el año 1970 aproximadamente, en todos los países industrializados, se ha dado un fenómeno de aumento continuo de la formación permanente, ya sea por demanda de formación básica para adultos, de formación profesional o de reciclaje, de cursos de lengua extranjera, de utilización del tiempo libre, de participación en actividades educativas socioculturales, organizaciones sindicales, patronales...

Diferentes autores están de acuerdo en considerar que nos encontramos en un proceso de transformación estructural que afecta a la mayoría de las sociedades conocidas como sociedades avanzadas. La economía y la sociedad actual están basadas en la información, tanto en la de alta tecnología como en los servicios especializados y en la mayoría de actividades productivas. Por tanto, el trabajo y su organización están sufriendo cambios importantes.
En este proceso, la sociedad moderna está consolidando y generando desigualdades, exclusión y marginación. Esto comporta que cada vez se intensifique más la necesidad de formación tanto individual como colectiva, y se hacen indispensables no tan sólo los aprendizajes de nuevas tecnologías y la formación profesionalizadota de calidad, sino también aprendizajes polivalentes y transversales, basados no sólo en aquellas competencias vinculadas al desarrollo de la actividad laboral, sino también aquellos que hacen posible la construcción de una sociedad desde el respeto mutuo, la convivencia, la solidaridad, la igualdad de género... en definitiva, una sociedad basada en el respecto de los valores universales de los derechos humanos.

Se ha ido definiendo, desde instancias internacionales, la formación a lo largo de la vida o la formación permanente como un instrumento estratégico para hacer posible el desarrollo de los pueblos en democracia, es decir, educar para compensar carencias , para facilitar el acceso al mercado de trabajo, para redistribuir riqueza, para superar los retos que la realidad presenta a escala individual, para adaptarse y encontrar respuestas a las nuevas situaciones, pero, especialmente, para ser capaces de organizarnos, de trabajar en equipo, de proyectarnos y participar en el diseño de la realidad social en todas sus dimensiones; una educación, en definitiva, orientada a la participación y a la organización colectiva y autónoma.

Educar es , así, formar el carácter, en el sentido más extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla uno proceso de socialización imprescindible y formarlo para promover un mundo más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales.
Introducir competencias transversales vinculadas a la defensa de los derechos humanos en los aprendizajes de la formación permanente a lo largo de la vida, significa dotar de recursos a la ciudadanía, para concebir y construir la sociedad a partir de los principios éticos de los derechos humanos como elementos básicos de la convivencia y la igualdad y del valor positivo de la diversidad.
Todo esto hace necesaria una nueva visión de la dimensión educativa institucional, y también del proceso de aprendizaje en sí mismo. La dimensión institucional debe partir de un modelo de entidad más amplia que permita la cohesión y la socialización. Debe destacar la autonomía y aquellas propuestas que ayuden a potenciar alternativas personalizadas e individualizadas. Por tanto, un proyecto formativo debe tener un carácter global, el cual ha de incluir todas las actividades de carácter transversal que fomenten, en todas las personas, una comprensión crítica de la sociedad y de la vida, así como una participación activa en su transformación.
Desde esta perspectiva, es necesario garantizar el papel que ejercen la educación y la cultura como factores de cohesión social, niveladores de desigualdades y condiciones necesarias para la competitividad económica y el pleno ejercicio de la condición de ciudadanía.

La formación a lo largo de la vida, y especialmente la formación en valores, configura un nuevo paradigma educativo: es básicamente una tarea que tiene como objetivo estimular la participación en todos los niveles posibles y, especialmente, en los espacios de toma de decisiones.

N de R: Mensaje extraído del sitio del "Proyecto Pandora":
http://conc.ccoo.cat/pandora/html_castellano/elprojecte.html, con adaptaciones a la realidad latinoamericana. Si interesa la perspectiva y la acción concreta de éste sitio, se agradece comunicarse con el administrador.
Fotos del sitio:http://conc.ccoo.cat/noesunjoc/castella/portada_castellano.htm
La Verdad incómoda: ¿En Uruguay se están tomando los recaudos para que los niños no sean mano de obra no calificada y de bajo costo y los técnicos deban ser importados?...

Sólo trato de ayudar. Si algún contenido hiere su sensibilidad o lesiona sus derechos de alguna forma le pido por favor me lo haga saber de inmediato para enmendarlo, a la brevedad, si correspondiere.
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